DESPERTANDO LA CHISPA DE LA ALEGRÍA
Hace
meses que siento que algo muy grande nos depara, un futuro que estará en
sintonía con la alegría que escondemos dentro del corazón.
A
lo largo de nuestras vidas hemos ido viendo cómo con cada paso nuestra
conciencia ha ido, poco a poco, despertando. Qué complejo es nuestra humanidad,
pues no recordamos quiénes somos en el estado más puro y esencial, pero cada
vez tenemos más claro que no somos, ni por asomo, el sufrimiento que
experimentamos.
El
mundo exterior siempre será una manifestación de lo que sentimos en el
interior. Por ello, es muy importante buscar, durante el día, momentos para
calmar los procesos mentales y descansar en el silencio al cual nos invita el
corazón.
El
corazón, más allá del órgano físico, esconde todo un campo energético que nos
despierta, nos sintoniza con la naturaleza de nuestra realidad superior. Nos muestra
claramente que más allá de los conflictos humanos, somos un misterio que se desvela desde esta experiencia física.
Cada
vez que estemos pasando una mala racha o viviendo en estado de carencia,
debemos recordar que es sólo el fruto de lo que sembramos en nuestro interior,
porque allí, en la sede de nuestra conciencia, podemos transformar el entorno
ordinario dependiendo de lo que sintamos. Si nos sentimos separados, de ahí el
anhelo por alcanzar o tener algo, continuaremos enredados por la mente y
sufriremos. Esa es la manifestación de esa separación interior. Sólo cuando
reposemos con voluntad en el corazón y aceptemos que todo lo que nos ocurre es debido
a esa relación interior, podremos dar un salto para experimentar la unidad que
somos.
Como
ramas de un mismo árbol, debemos descansar en ese árbol. Ver que cada persona
es un hermano, y que si sentimos algún tipo de emoción, es debido a nuestra
capacidad humana para sentir y despertar lo que hay dentro. Si sentimos rabia,
ira, desprecio por otro ser humano, tenemos que responsabilizarnos de esa
emoción, dándole la bienvenida y comprendiendo que ya estaba allí en nuestro
interior como una semillita. El utilizar ese sentir para atacar a otros es caer
en la trampa del ego, pues nos hará creer que eso que sentimos nos lo ha
provocado algo ajeno a nosotros. El ego se alimenta de la separación, y hasta
que no paremos y nos rindamos a la vida, no podremos SENTIR qué es lo que somos
como árbol.
No
hay que intentar hacer nada especial, ni buscar vías complejas para sentir
esto. Sólo voluntad por enraizarse a este momento: EL PRESENTE. Sólo hay
presente, porque todo ocurre ahora. Imaginemos una página infinita en blanco,
donde podemos pintar, escribir, dibujar todo lo que queramos. Esas pinceladas,
esas huellas de expresión es nuestro recorrido humano. Nos experimentamos
siempre en el papel en blanco, porque ese papel es la unidad que somos a pesar
de lo que hayamos dibujado.
Si
nuestra vida no nos gusta, recordemos que siempre que haya vida humana, aliento
en nuestro corazón, podemos parar un instante y observar con nuestra conciencia
el ahora. «¿Qué está ocurrido ahora en mi
vida, qué siento, qué percibo, cómo respiro…?» sea lo que sea que suceda
ahora, será la expresión de nuestros actos, y por ello, debemos aceptarlo,
vivirlos con consciencia para ser experimentado desde la unidad. La unidad de
que somos conciencia viviendo una experiencia humana, con apariencia de
separación, pero con el propósito de descubrir, de desvelar este misterio: QUE
LO SOMOS TODO.
La
mente descubrirá miles de excusas para no sentir la vida, hará todo lo posible
por identificarnos con los pensamientos, obligándonos, desde la inconsciencia,
a vivir dormidos, separados y su sentir distorsionado: el sufrimiento.
Si
ahora sufres, párate y deja que tu conciencia descanse. Comienza siendo
consciente de tus manos, obsérvalas como si fuera la primera vez. Siente su
energía, la temperatura del ambiente, ábrela y ciérrala. Es algo absurdo para
la mente dominada por el ego, pero un motivo especial para despertar el ser que
somos. Si nuestra voluntad está en esta elección, te animo a que elijas
experimentar este momento. Porque a partir de esta experiencia consciente, podrás
sentir el latido de tu corazón. Podrás descubrir que siempre estás vivo por
dentro, de que más allá de la separación externa y los conflictos mentales, hay
unidad en ti y todo lo que te rodea.
Simplemente
SÉ. Ahora, ahora, ahora…