DETENTE EN LOS SONIDOS AMBIENTALES
Escucha todo cuanto te rodea. Detente
en los sonidos ambientales: un perro que
ladra, un coche que pasa, el murmullo de personas, el canto de un pájaro, el
viento… Limítate a escuchar. Deja que tu atención esté en este momento. Ahora,
comienzas a reconocer tu naturaleza, te relajas y sientes una fuerza actuar
dentro de ti. Ese silencio vive en tu hogar, ese reconocimiento forma parte de
ti. Limítate a escuchar y recordarás.