¿De qué se trata vivir? De amarte hasta las entrañas ¿Y cómo puede lograrse? Aprovechando cada instante de tu vida para aprender a hacerlo: al levantarte por la mañana, con tus hijos, en soledad o acompañado, en el coche yendo al trabajo, con tus compañeros y sin ellos, en la calle y desde casa, con tus amigos, vecinos, conocidos y desconocidos, en lo bueno y en lo malo, en la belleza y en la fealdad, en los momentos de alegría y en los momentos en los que el corazón se te rompe en mil pedazos… ¿Cómo quererte incondicionalmente? Comprendiendo que la vida siempre es un espejo para verte. No te rechaces más. Para y acuna todo lo que detona tus experiencias. No luches, no lo censures, no lo evadas. Un cabreo, un llanto, una desesperación… todo es motivo para abrazarte, tanto como acoges la alegría, la ilusión y el placer. Simplemente escucha la voz de tu alma herida y acompáñala a sentir. Y cuando realmente lo hagas, la fuerza del universo se derramará en tu corazón para expresar
Deja de luchar contra ti mismo y descansa en el cálido abrazo que te ofrece el Amor. Pero, ¿qué es el Amor? Dios. Así es. Sólo te pido que olvides lo que crees saber de Él, y simplemente vivas la experiencia de Amor. ¿Cómo? Abrázate tan fuerte que el espacio y tiempo se colapse. Tan fuerte, tan intenso y tan íntimo como para gritarlo al mundo entero: ¡TE QUIERO! Seguramente creas que esto es algo imposible, una fantasía o literalmente una ñoñería. ¿Quieres comprobarlo? Dime: ¿cómo te sientes ahora? Y, por favor, no te separes de ello ni un solo instante. Por muy bello o doloroso que sea, siéntelo profúndamente, siéntelo con todo tu Ser, pues tu Ser es tu voluntad para elegir descansar en Dios, el Amor. Amor es paz, dicha, libertad, más allá del estruendo de cualquier conflicto que estés actualmente experimentando. Dios, a través de la parte de tu mente que te guía en profunda sabiduría, te dice: NO HAGAS NADA, DESCANSA EN MI. Gracias por ser y compartir. MANUEL GONZÁLEZ
Hay muchas personas que creen que vivir el presente es estar plenamente consciente de todo cuanto sucede en ese instante, sin embargo, ese es un movimiento de control mental, que si bien nos relaja durante el proceso, tarde o temprano bajaremos la guardia y volveremos a ser vulnerables. ¿Por qué sucede esto? Porque vivir el presente no es ir de cacería, como si lo importante fuese capturar el ahora. Vivir el presente es reconocer nuestra relación interior. Para ello, una de las preguntas maestras en el camino de la autoindagación es decirse: ¿Cómo me siento? Si rechazas lo que está sucediendo en tu interior, no estás presente, y cualquier movimiento que hagas a posteriori carece de sentido alguno. Esta negación de tu sentir, se proyecta una y otra vez en tu mundo con el único propósito de que pares y te reconcilies. ¿Con quién? Contigo mismo. Sé muy honesto y responde a cómo te sientes. Sea lo que sea es motivo de aprendizaje: aprender a amarte, a respetarte y a no poner condic