LOS MILAGROS DEL PERDÓN NO DUAL

 

Hoy quiero compartir, sin meterme en detalle, el milagro que ofrece el perdón no dual, entendido como la ruptura del aferramiento a la visión limitada de la mente del ego y el reconocimiento de la visión superior que nos ofrece el Espíritu. Intentaré ilustrarlo lo mejor que pueda. Han sido días muy difíciles por unas vivencias interpersonales que detonó muchísimo malestar. Fijaros el movimiento:

 

Primero ocurre algo externo.

Segundo se detona una carga emocional que no nos gusta.

Tercero nos resistimos a ello y, por supuesto, a lo acontecido.

 

Esta dinámica conlleva sufrimiento, es evidente, sobre todo porque desde la visión reducida del ego no se puede aceptar que algo que va en contra de tus principios, creencias o programas, esté sucediendo. De ahí el rechazo ¡No quiero vivir lo que estoy viviendo!

 

Hay dos vías de actuación y, ambas, conllevan un desenlace totalmente distinto. Lo “normal” es enredarnos en el drama ocurrido y atacar tal como os comentaba: ¡Tú no tienes razón, yo sí! ¡Mira lo que has hecho, cómo has podido! ¡No me das lo que yo necesito!...y un largo etcétera. Este camino conduce a incrementar el sufrimiento. Y como tal continuará proyectándose una y otra vez en el espacio-tiempo, como heridas encriptadas en el inconsciente. Podemos creer que el mañana sanará esas heridas, pero no es cierto, sólo habremos puesto una cortina de humo para no sentirlas. Tarde o temprano vendrá a tu vida otra situación en el que este dolor reaparecerá. ¿Por qué? Pues muy sencillo: no lo has sanado. Como consecuencia, podemos pasarnos días, semanas, meses, años e incluso vidas repitiendo una y otra vez las mismas experiencias hasta que sean sanadas, aprendidas o perdonadas. Como podemos observar esta es la vía del ego.

 

La otra vía es el camino del perdón, discernir entre la visión estrecha del ego o yo inferior y lo que sería la visión superior del Espíritu. ¿Cómo pasar de una visión a otra? La dinámica es muy simple, pero requiere tan sólo una cosa: voluntad. Sin ella, no será posible deshacer la identificación con la mente del ego y pasar a la visión renovada basada en el amor que nos regala la mente del Espíritu. Mientras no haya voluntad, continuaremos enredados en el juego del ataque. Pero, con voluntad, podemos entrar en el campo de batalla presente e ir atravesando todas las resistencias que van apareciendo y que son las resistencias impuestas por el ego. Lo que haremos es literalmente traspasar un duelo, pero recordemos que con voluntad todo es posible, ¿por qué? Porque la voluntad es la llamada de nuestro Ser que nos guía hacia la visión correcta. Continuamos donde lo dejamos en el paso tercero y avanzamos:

 

Cuarto paso es hacernos cien por cien responsable de lo ocurrido y de lo sentido.

 

¿Por qué? Porque lo sentido es el reflejo físico de nuestro sistema de pensamientos, tal cual la mente del ego piensa acerca de lo sucedido. En este paso es cuando nos abrimos completamente a vivir las emociones, atravesándolas una a una, llevando a la consciencia los miedos que nos limitan y boicotean, así como el deshacimiento del dolor más profundo, la creencia en que estamos solos y separados de Dios. Así es, toda manifestación, toda experiencia humana que conlleve sufrimiento nos está hablando de esta idea forjada en la mente del ego: la separación.

El hecho de querer estar bien, en paz o feliz, forma parte de nuestra naturaleza esencial; la cuestión es que el ego lo busca allá afuera y se pierde. Sólo con la voluntad de recorrer lo que la vida nos está ofreciendo, podemos tomar consciencia de este dolor: que me siento separado de mi fuente Universal, que me creo ser nada, ni nadie, una mota de polvo insignificante. Justo en este punto es cuando rompemos la identificación con la mente inferior, desvaneciéndonos, permitiéndonos dejar de ser nosotros mismo, el yo que se cree ajeno a todo. Sólo aquí es cuando “muere” y damos paso a un espacio de nuestra conciencia donde se expande. Es cuando experimentamos la paz, la dicha. Es el reconocimiento de lo que verdaderamente somos, Espíritu libre que está eternamente unido a su fuente, Dios. Es sólo desde este espacio cuando nos permitimos ver desde la mente Superior. Es así como nos damos cuenta de que lo que vivimos como drama, era una proyección basada en el miedo, y a la vez una invitación que nos hace el Espíritu, para expandir nuestra conciencia, la consciencia de sí mismo, lo que somos, el Ser.

 

Ha sido toda una pasada transformar una visión que detonaba rabia, ira, mucho odio, y a la vez, miedo, desolación y culpa. Algo que se hubiera extendido en el tiempo hasta que decidimos colapsarlo haciendo un uso responsable de esa invitación, a mirar a dentro, para tomar consciencia de lo que se aguardaba en el inconsciente.

Resumo el aprendizaje a través de la visión del Espíritu:

“Ambos os habéis entregado a una relación especial basada en la demanda, y como tal habéis experimentando el amor especial (estar en una burbuja) y, por el contrario, el odio o rechazo. Así es el juego del ego, la dualidad, dar a cambio de. No hay absolutamente nada en este mundo que sea real, lo único verdadero es el amor de Dios, y mientras haya sufrimiento habrá motivo suficiente para elegir otro camino, el del amor reconocido. No hay nadie ni nada que pueda dártelo. Sólo el perdón te permite tal reconocimiento. Hoy es un día de celebración porque amos habéis aprovechado la proyección para perdonaros y, como reacción, el milagro se ha manifestado, la paz en vuestros corazones”.

 

Gracias por ser y compartir.

MANUEL GONZÁLEZ

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